Miguel Ángel Manuel Broda habla pausadamente y con un hilo conductor claro en su relato. Parece contar un cuento, cuando en realidad lo que hace es exponer su preocupación por la situación financiera de la Argentina en el largo plazo. “La política económica está al servicio de la política. O sea, La Cámpora y el Frente para la Victoria tienen como objetivo primario conservar poder. Si pueden llegar a poner el presidente, bien. Y si no, asegurarse en la primera vuelta una bancada de militantes que haga irreversible muchas de las cosas que hicieron”, comienza el economista.
Broda estuvo el viernes en Tucumán para hablar en la cena de conmemoración del segundo aniversario de la Fundación Federalismo y Libertad. Acompañado por su presidente, José Guillermo Godoy, el economista visitó LA GACETA y planteó un objetivo que -según su parecer- es clave para los años venideros: “el futuro del país depende de hacer reversibles muchas de las cosas que hicieron (los kirchneristas). Gane quien gane, habrá mucho que revertir”.
Según el experto, los inversores están atentos a lo que sucede con el kirchnerismo. “Con los resultados en las elecciones que impidieron la reelección indefinida de Cristina Fernández hace dos años, Argentina, que estaba fuera del mundo, volvió al radar. Yo tenía 18 o 19 bancos de inversión como clientes en los 90 y me quedó uno. Después de esas elecciones, volvieron tres o cuatro. Pero ahora, ante la probabilidad de que el Gobierno se quede con mucho poder en 2015, volvió a asustar a mucha gente”, explica. ¿Ve una profundización de esta crisis económica que le haga pagar un costo político más alto al Gobierno?, se le consulta. “La Presidenta con Axel (Kicillof) logró unificar el equipo económico. Son todos básicamente esclavos del creyente Axel. Excepto (Ricardo) Echegaray -titular de la AFIP-, inclusive (Alejandro) Vanoli -presidente del Banco Central- todos son soldados de Axel. Y él le dijo a la Presidenta que este peor año del kirchnerismo en cuanto a los números fue culpa de Juan Carlos Fábrega (ex titular del BCRA) y por eso lo echó. Y él ha desarrollado un modelo, estos 45 días, que yo llamo parche y de calmantes, que sin dudas ha disminuido la chance de una crisis macroeconómica en 2015. El kirchnerismo siempre tuvo en claro que una crisis macroeconómica puede terminar con ellos. La expectativa de crisis macroeconómica ha disminuido y eso agrandó las probabilidades de que conserven una gran cantidad de poder”, responde.
Según el economista, el conjunto de medidas de este plan-parche diminuyó la tasa de caída de la economía del cuarto trimestre. “Y Axel le ha dicho a CFK que en 2015 vamos a crecer entre 2,8% y 3%. Me parece difícil que así sea, pero tiene en claro que debe evitar la crisis macro”, dice. Y agrega algunos datos: “antes de la salida de Fábrega, nuestro escenario era de entre 2% y 2,5% de caída el año que viene, con inflación de entre 45% y 50%. Y ahora el escenario de caída es de un 1% y con inflación menor a la que tendremos este año. Ahora, en cualquier momento aparece la noticia imprevista, con efecto negativo y este escenario cambia”.
Respecto de la inflación, añade que en 2015 será menor porque el descontrol monetario será inferior y porque el Gobierno se verá beneficiado con un factor externo: “el precio del petróleo cayó un 30% y eso es menos gasto. Y no habrá aumento de la nafta o será ínfimo”.
Camino a Venezuela
Broda está convencido de que las chances de que el kirchnerismo gane las elecciones crecieron de la mano de varios factores: la mejora macroeconómica, las victorias de Dilma Rouseff en Brasil y de Tabaré Vázquez en Uruguay, las divisiones en la oposición y la cruzada política “patria o buitres” que -cree- desarticuló la posibilidad de traiciones intramovimiento.
Sin embargo, su preocupación sigue siendo la macroeconomía de cara al futuro. “Macroordenada no es un patrimonio de la derecha, como tampoco lo es de la izquierda la desordenada. Ni Bolivia ni Ecuador tienen los desequilibrios macro que tiene Argentina. Nosotros estamos caminando en dirección de Venezuela. Y tenemos cinco problemas muy graves”, dice. Ellos son, según Broda:
1- “La visión de corto plazo, aunque se queden en el Gobierno. No les importa la herencia. Tenemos un desequilibrio con el sector externo, con la demanda y oferta de dólares, y el control de cambio no resuelve esto, sino que muchas veces lo agrava”.
2- “El crecimiento del tamaño del Estado y del déficit fiscal financiado casi totalmente con el Banco Central”.
3- “Tenemos un problema de política monetaria de represión financiera, de tasas de interés reales muy negativas y una dependencia del financiamiento fiscal enorme”.
4- “Un cuarto problema, que agrava cómo resolver los anteriores, es la distorsión enorme de precios relativos. El caso tarifario es tremendo y nunca está cerca de los precios reales. ¿Por qué es grave esto para el (Gobierno) que viene? Porque generalmente estos desequilibrios se resolvían con llamaradas de emisión o de inflación que licuaban el gasto en salarios y en jubilaciones en términos reales. Pero ahora tenemos una estructura fiscal que hace que se haya incrementando más el gasto en subsidios que en jubilaciones. Esa estructura de precios relativos, que creo que la dejan sin tocar a fin de mandato, agrava enormemente tanto el problema de la restricción externa como el déficit fiscal”.
5- “Existe un grado de intervención de la economía que hipotecó dos sectores claves para el crecimiento del país, que son el agro y la energía. Y ellos van a intensificar la intervención en la economía y los controles, con el agravante que muchas veces la toma de decisiones es en base a los datos del Indec, que volvió a comenzar a truchar y a aumentar la distancia con los números reales de la economía. Se creen sus propias estadísticas”.
A modo de conclusión, el experto de la escuela de Chicago, diagnostica: “están haciendo que disminuyan los problemas para 2015 y se agraven los de 2016”.
Buitres y Vaca Muerta
Respecto del problema de la deuda con los fondos buitre, Broda afirma que no será tan fácil que se llegue a un acuerdo con los fondos buitre los primeros días de enero, como dice Kicillof. Añade que, de haber arreglo, tampoco será demasiado significativo para la economía, porque persistirán los problemas macroeconómicos y la desconfianza de los inversores para con los kirchneristas. “La macroeconomía siempre se venga”, afirma.
Sobre las expectativas puestas en el yacimiento energético de Vaca Muerta, Broda tampoco es demasiado optimista: entiende que demandará mucha inversión, que es un hecho absolutamente relevante para el país, pero que puede terminar siendo “nada”. Y que sus beneficios se verán, con suerte, a partir de 2023. “No nos cambia el horizonte del próximo Gobierno ni de las cosas que nos preocupan hoy. Está lejos. El próximo Gobierno recibe una herencia muy pesada. Si hay algo que me sorprende es la liviandad de los equipos económicos de los tres presidenciables más fuertes por estos días (Mauricio Macri, Sergio Massa y Daniel Scioli). Los tres tienen la sensación de que va a llover plata en la Argentina y no será así con los problemas macro que tenemos. No participo del optimismo visceral de algunos colegas sobre que el próximo Gobierno podrá cambiar mucho. Yo estoy muy preocupado por lo que vendrá. Necesitamos un equipo muy compacto para acomodar la economía. Será muy complejo y llevará años. No creo que yo llegue a verlo”, se despide.